Steam, la plataforma digital predominante en la distribución de videojuegos, se ha consolidado no solo como un vasto mercado, sino también como un laboratorio de innovación y, en ocasiones, de prácticas controvertidas. Recientemente, ha emergido como un punto focal para la integración de la inteligencia artificial generativa (IAG), una tecnología que está remodelando los procesos de creación, promoción y la experiencia de juego misma.
Un reciente informe de la consultora Totally Human destaca la significativa proliferación de la IAG en el ecosistema de Steam. Actualmente, más de 7.800 títulos disponibles en la plataforma reconocen haber empleado IAG en alguna fase de su desarrollo o ejecución. Esta cifra constituye el 7% del catálogo activo de Steam y representa un notable incremento del 681% en comparación con el año anterior. En lo que va de 2025, uno de cada cinco juegos publicados ha incorporado esta tecnología. Es importante señalar que esta estadística podría ser conservadora, dado que no existe una verificación exhaustiva que garantice la declaración completa por parte de todos los desarrolladores.
Este crecimiento se atribuye, en parte, a una política implementada por Valve a principios de 2024, la cual exige a los desarrolladores especificar el tipo y la forma en que sus juegos utilizan la IAG. La clasificación distingue entre el uso en tiempo de ejecución, donde la IA interactúa directamente con el jugador para generar contenido dinámicamente, y el uso en fase de desarrollo, aplicado en la creación de activos gráficos, código, diálogos, efectos de sonido o material promocional. Este sistema busca mantener un nivel de control, aunque la responsabilidad de la transparencia recae en el desarrollador.
En muchos escenarios, la IAG se emplea para tareas auxiliares, lo cual resulta particularmente comprensible para producciones con recursos financieros y humanos limitados. Ejemplos incluyen la generación de efectos visuales de fondo, la localización de diálogos en múltiples idiomas, la optimización de código o la implementación de sistemas de moderación automática. Títulos como Comedy Night han integrado asistentes generativos para enriquecer la interacción entre jugadores, mientras que otros desarrollos independientes han recurrido a estas herramientas para acceder a mercados internacionales sin incurrir en los elevados costos de agencias de traducción.
No obstante, la expansión indiscriminada o el uso negligente de esta tecnología plantean desafíos. En los últimos meses, se ha observado un aumento de lo que se denomina “AI slop”: videojuegos de calidad dudosa, ensamblados a partir de imágenes, modelos y textos generados por IA sin una coherencia o propósito claros. Steam ha presenciado la multiplicación de clones genéricos y propuestas saturadas de arte repetitivo o narrativas superficiales. La ausencia de filtros más rigurosos dificulta a los usuarios discernir entre producciones experimentales, artesanales y aquellas puramente automatizadas.
Más allá de las consideraciones estéticas o técnicas, el debate se centra en las implicaciones de esta proliferación para la creatividad. Surge la interrogante sobre hasta qué punto una herramienta generativa puede sustituir la sensibilidad humana y dónde se traza la línea entre asistencia y suplantación. Si bien la IAG puede liberar tiempo y recursos, permitiendo a los desarrolladores enfocarse en aspectos innovadores, también conlleva el riesgo de convertirse en un soporte que atrofia la originalidad, reduce la audacia artística y, en última instancia, empobrece el panorama cultural del videojuego.
La integración acelerada de la IAG en una de las plataformas más influyentes del sector es un fenómeno que genera tanto fascinación como inquietud. Steam, con su filosofía de apertura, enfrenta el reto de hallar un equilibrio: facilitar el acceso a la IAG como una herramienta útil, sin transformarse en un conducto para productos deshumanizados y efímeros. La transparencia, un etiquetado preciso y una postura editorial más proactiva podrían ser fundamentales para preservar la cualidad distintiva del videojuego, que reside en su capacidad de fusionar la técnica con el alma creativa. Si bien la IAG puede aportar una considerable parte de lo primero, aún está distante de contribuir con lo segundo.
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TecnoBinaria 
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